Entrevista

Vivencias de la pareja de un forofo del buceo

Patricia es la pareja de uno de los buceadores más aficionados del Cantábrico. Aunque viven a más de 70 Km. del mar, no dudan en cruzar una autopista para realizar inmersiones nocturnas, dobles, concursos de fotografía, limpiezas… Nada es impedimento para que Alberto se sumerja y Patricia le acompañe, ¿cuál es el secreto de esta buena compenetración?

S.A. / MADRID

¿Cómo se lleva esta afición de tu pareja?
De momento, bien. Aunque es duro.

¿Te has planteado alguna vez bucear?
Al principio sí me lo planteé, más que nada por seguir a Alberto, y porque me contaba que veía cosas tan bonitas e interesantes que al principio me picó el gusanillo, pero si te digo la verdad yo nunca antes había tenido interés, y de momento no siento la necesidad. Yo soy más bien de secano, (risas).

¿Cuantas veces bucea tu pareja a la semana?
A veces 1 vez, pero por lo general hace el mismo día una doble (solemos ir los domingos a la mañana) y en ocasiones una nocturna un día de diario. Aunque alguna vez también recuerdo alguna después de comer...

¿Vivís en la costa?
No, vivimos en el interior, y solemos venir hasta Castro Urdiales, que son unos 100 kms. todos los domingos.

¿Cuál sería tu consejo para aquellas parejas que no pueden bucear todo lo que les gustaría por la incomprensión de la parte no buceadora?
A las personas hay que dejarlas que hagan sus hobbies, y no todos tenemos los mismos. A mi no me gustaría que no me dejasen hacer los míos; si bien es verdad, y como en varias ocasiones le he dicho a Alberto, no hay que abusar; hay que repartir. El día tiene varias horas y no está buceando todo el día por lo tanto se pueden hacer más cosas. El luego también suele venir a sitios que yo quiero ir.

De todas formas yo, le acompaño y no me da tiempo a aburrirme porque mientras él bucea, yo, allá donde esté, y sea el puerto que sea, distribuyo mi tiempo: primero desayuno opíparamente mientras leo la prensa y luego me dedico a hacer turismo, a pasear, a ir a la playita si hace buen tiempo, o a leer, en definitiva dedico momentos para mí. ¡No te imaginas a cuántas personas les gustaría tener momentos de estos de los que yo disfruto, mientras todos pensáis en “esa espera tan dura” de la que habláis!

¿Las vacaciones en vuestra casa son de buceo?
Bueno, ahora al menos son vacaciones al lado del mar. Como ya he dicho antes, mientras el bucea yo me dedico a hacer lo que me gusta, pero luego él viene conmigo a los sitios que yo quiero ver, y luego a él le gustan ¿eh? Que no solamente le interesa el buceo.

¿Viajes de buceo con tu marido?
Lo que sí tengo claro que nunca haría sería un viaje de esos de buceo en barco y más barco, agua y más agua. Tengo clarísimo que me quedaría en casa o me iría a otro sitio. Nosotros solemos combinar y escoger sitios que haya mar y cosas para ver. Así todos tan contentos.

¿Si tuvieseis hijos sería igual tu apoyo incondicional?
Hombre, depende de la edad de los hijos, aunque también se puede venir, por ejemplo, a Castro con el niño o niños a la playa, a pasear o simplemente a pasar una agradable mañana de domingo.

¿Qué es lo más duro de la pareja, que no bucea, de un buceador? La espera, los nervios…
Yo la espera la llevo bien porque. como te he dicho, me dedico a lo que me gusta hacer a mí; los nervios…. De momentos prefiero pensar que todo va a ir bien ¿por qué tendría que ir mal? Es que si vas pensando en eso… ¡qué angustia! Se trata de disfrutar ¿no? no de angustiarse.

¿El mejor regalo para Alberto?
Entre otras cosas, algo de buceo, seguro; me suele decir él lo que quiere o necesita.

¿Alberto buceaba cuando os conocisteis?
No, no buceaba, solo hacía snorkel, aunque siempre le oía decir que en cuanto tuviese la oportunidad quería hacerlo pero con botella, y un verano, en Galicia, tuvo esa oportunidad e hizo el cursillo.

¿De cuándo le viene esta afición?
El mar le ha gustado siempre y desde el primer día que bajó, cuando subió, subió alucinado diciendo que era como si volaras, la misma sensación.

¿Va a más?
Si, va a más, de momento.

¿Te gustaría vivir en la costa, para no tener que patearte los puertos de medio España?
No, como estoy , estoy bien, vivo en un sitio muy agradable ( a pesar del frío), si viviera en la costa, seguro que no le acompañaría, puesto que al vivir en el interior me gusta ir los domingos al mar, para mi es como una excursión, por aquello de cambiar de ambientes….

¿Una anécdota divertida?
Él, quizás, te podría contar más de una.

¿Algo bueno del buceo que te haya aportado como pareja?
He aprendido muchas cosas que desconocía sobre la fauna y flora marina que yo antes ni había reparado en ello. También he conocido a otras personas, con las que nos juntamos los domingos después del buceo para tomar algo, y algunas son muy agradables. Y como pareja… yo a él le veo más contento y lleno, por lo tanto si él está contento… me puede dar más alegrías a mí ¿no te parece?

¿Una mala experiencia?
Recuerdo un día de invierno, se juntaron 4 buceadores en el muelle de don Luis de Castro; cuando entraron al agua estaba bien el mar pero cuando salieron las olas batían contra las escalinatas y las rocas del solarium muy fuerte y la salida fue dificultosa; se tuvieron que ayudar unos a otros, ya que alguno no podía salir. Roberto ayudó a uno y luego el que no podía salir era él. Ese día si me asusté y de hecho le recriminé.

Otra mala experiencia fue el día que me quedé sola de botera debajo del acantilado del faro de Santoña, el bote cada vez se movía más y yo también… ya me entiendes, creo que hasta las gaviotas se reían de mí; pero he de decirte que aunque lo pasé mal también fue muy interesante, porque no sabes como trabaja la mente humana en momentos de tensión, (risas).

No hay comentarios: